Miguel 19th June 2021

Marta vivía en la Ciudad del Aire, como yo. Ambos compartimos los primeros años de medicina, en la universidad. Aquello fue entre 1989 y 1991 aproximadamente. Marta y yo tuvimos una gran amistad por aquel entonces. Era una compañera fantástica e inteligente y divertida. Es inolvidable su sonrisa, que siempre transmitía bondad y calidez. La recuerdo como una persona bastante sensible y educada, y además tenía una familia muy amable (recuerdo perfectamente a sus padres y a su hermana y hermano). Cuando ella dejó medicina desgraciadamente fuimos perdiendo el contacto, pero todavía sabía cosas de ella porque alguna vez mis padres se encontraban con los de suyos y se contaban cómo les iban las cosas a sus hijos. Así supe que se fue a Inglaterra (como antes había hecho su hermana), y después que empezó una relación y que las cosas le iban bien. Recuerdo que me alegré mucho por ella, pero me dio pena pensar que seguramente mis posibilidades de verla alguna vez por nuestro viejo barrio iban a ser muy escasas, pues se había marchado a otro país. No hace mucho estuve en casa visitando a mis padres, y mi madre me contó que Marta "ya no estaba". Me quedé en shock, y cuando me quedé sólo no pude evitar emocionarme recordándola tal y como era por aquellos viejos tiempos. Era una persona extraordinaria y que le caía bien a todo el mundo, y habría dado mucho por verla una vez más y contarnos cómo nos iba la vida, pues creo que teníamos unas personalidades bastante parecidas. Pero las cosas son como son y no tenemos más remedio que aceptarlas. Dios tiene sus planes y al final nos cuida como un padre, aunque a veces lo que pasa parezca que nos causa un dolor insoportable. Un fuerte abrazo a la familia y gracias por darnos esta oportunidad de escribir algo sobre Marta. Miguel Ángel García (desde Madrid)